miércoles, 5 de junio de 2013

SANTA MARÍA DE LAS FLORES NEGRAS

Hernán Rivera Letelier 



La masacre cometida en el norte de Chile el 21 de diciembre de 1907, durante el gobierno de Pedro Montt, es llevada a cabo a manos del ejército comandado por Roberto Silva Renard. Nadie niega la multitud de la matanza. Perecieron vidas entre las que se contaban trabajadores del salitre y sus familias, además de un indeterminado número de obreros peruanos, bolivianos y argentinos de distintas oficinas de la pampa que se congregaban por primera vez, “Era emocionante hasta las lágrimas ver a los operarios de la pampa unidos como un solo pueblo, como un solo hombre, luchando en contra del mismo y común enemigo: los rapaces oficineros que nos explotaban sin escrúpulo ni moral alguna, y, por supuesto sin ningún control del estado” (34)
Sabemos cómo termina la novela de Hernán Rivera Letelier a partir de los datos entregados por la historia nacional. Sin embargo, aunque el autor nos presenta una serie de personajes ficticios, gran parte de los involucrados participó en la vida real, haciéndonos testigos de sus experiencias. Desde la narración de las escenas más íntimas de los protagonistas se nos permite dimensionar el desarrollo del trance colectivo que se transformó en uno de los hechos más traumáticos del país, y así poder  revisar lo ocurrido desde la paralización de los trabajadores, el inicio de la huelga de los 18 peniques, la peregrinación hacia el puerto, y el fatídico 21 de diciembre.
“Santa María de las flores negras” fue publicada el año 2002 y, rescata la memoria de hombres, mujeres y niños que perecieron por exigir sus derechos justamente.

Esta novela es parte de la literatura chilena que se destaca por los crudos escenarios descritos de las salitreras de principios del siglo XX. Los abusos hacia los trabajadores y el aprovechamiento capitalista. Se había acumulado mucho daño y muchas injusticias, los trabajadores tuvieron que pedir lo que debían.

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